‘Palencia, Caminos de Arte y Vino’ es la propuesta de la Diputación para descubrir nuestra provincia en un viaje que abarca lo divino y lo humano, porque tiene su punto de partida en el arte de los altares del Románico que se extiende por cada rincón de nuestros pueblos y llega hasta el laborioso y sabroso jugo de vid que descansa en las entrañas de nuestra tierra. Un trayecto de ida y muchas vueltas, porque infinitos son los viajes que la provincia propone e ilimitadas sus combinaciones.
Arte y Vino también significa Aliento, Asombro y Alegría. Es la primera letra del abecedario y la primera parada en el camino; Alcor, Astudillo o Arlanza, cualquier posada vale para deleitar los ojos del viajero, para aliviar los pesares del camino y para ahuyentar las cargas del alma. Con la B bajamos a la bodega, pero no sin detenernos antes en Baños de Cerrato y la C nos transporta a Cevico de la Torre, Castrillo de Onielo… y así, sin parar, vamos de hito en hito hasta parar en la V de Vino, que en esta tierra es Arte y nos devuelve al principio de nuestra travesía.
El maridaje entre arte y vino es una excusa perfecta para recorrer la provincia. Para volver a encontrar la belleza calmada y reposada de nuestros paisajes, para recorrer sin prisas sus rincones y también para sorprenderse y sorprender a propios y extraños con terrenos de naturaleza virgen para nuestros sentidos. Palencia, Caminos de Arte y Vino es un paseo de emociones, para emocionar y para emocionarse.