El Canal de Castilla constituye una de las obras de ingeniería civil más importante de las realizadas entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX.
El Canal discurre a lo largo de 207 Km. uniendo las localidades de Alar del Rey (Palencia), donde tiene su nacimiento, y las de Valladolid y Medina de Rioseco, situadas respectivamente al final de los ramales Sur y de Campos.
A su paso por la ciudad de Palencia, a la que se acerca mediante un ramalillo terminado en una dársena para facilitar las tareas de carga y descarga, el Canal de Castilla se sitúa a escasa distancia de dos puntos emblemáticos del mismo: Calahorra de Ribas, donde el Canal se cruza con el Río Carrión del que pasa a tomar las aguas; y el Serrón, en Grijota, donde el canal se bifurca en los ramales de Campos y del Sur.
Nos proponemos acercarnos a esta magnífica obra a la que el paso del tiempo y los escasos cuidados han ido deteriorando, pero cuyos valores arquitectónicos, tecnológicos y ambientales permanecen por encima de los signos de decadencia.
El recorrido discurre en el entorno paisajístico de las huertas de la ciudad de Palencia, siguiendo los antiguos caminos de sirga desde los que las mulas tiraban de las barcazas que surcaban el Canal. Un paseo que durante el verano y parte del otoño se hace a la sombra de una variada gama de árboles de repoblación (olmos, álamos, chopos, acacias, sauces, aligustres, ...) y, que en los días claros del invierno nos permite contemplar hermosas vistas de la ciudad (desde los cerros del Otero y San Juanillo a las torres de la Catedral y San Miguel).
Desde el punto de vista arquitectónico los centros de interés se encuentran en los extremos del itinerario propuesto. Al inicio nos encontramos con los almacenes de la dársena, edificios de una altura construidos en fábrica de ladrillo siguiendo el modelo de la primera arquitectura industrial desarrollada en España.
Al final del paseo, en el denominado pago de Viñalta, llegamos a las esclusas números 31 y 32 del Canal, que fueron construidas, bajo la dirección del ingeniero Juan de Homar, hacia el año 1803.
La función de las esclusas era la de permitir la navegación entre tramos del canal situados a distinto nivel.
Cuando las barcazas entraban en el vaso de la esclusa, cuenco de piedra de planta oval o rectangular, se cerraban las puertas de doble hoja situadas en los extremos del vaso y comenzaba la operación de llenado o vaciado del mismo para elevar o descender las embarcaciones hasta el nivel del agua tanto en sentido ascendente como descendente. Durante el período en el que el Canal cumplió la función de transporte, hasta 1956, las esclusas se convirtieron en puntos neurálgicos alrededor de los cuales se levantaban almacenes y fábricas que se beneficiaban tanto de la existencia de embarcaderos, como de las almenaras, cuya función era la de permitir la circulación del agua sin abrir la esclusa utilizando un cuérnago lateral controlado por una compuerta, donde se instalaban molinos o turbinas. Por ello, en las inmediaciones de las esclusas de Viñalta permanecen los almacenes y lo que fue un molino de papel y. en tiempos más recientes, fábrica de luz, con planta en ele. de dos alturas y fábrica de sillares y sillarejos, ejemplo de lo que fue un ingente patrimonio al servicio del Canal, y que hoy, desde diversas instituciones, se intenta recuperar.
Al perder la condición de navegable, el Canal se transformó para el regadío, para lo que fue preciso cerrar las compuertas de las esclusas y practicar aliviaderos en los vasos, aspecto que es el que se observa hoy día.
DATOS DE INTERÉS
Duración del paseo: 45/50 minutos
Acceso: Puente Mayor
Aparcamiento en la explanada de la dársena del Canal.